Lavado de manos

Aunque ahora nos pueda parecer una idea irracional, hasta antes de los años 1800s el lavado de manos no era una práctica común, incluso dentro del entorno médico. No fue sino hasta 1847 cuando el médico húngaro, Ignác Philipp Semmelweis,  promulga su teoría sobre el contagio de la fiebre puerperal y la mala higiene de las manos de los profesionales de salud de la época y propone el lavado de manos mandatorio con cal clorada. Esta teoría, le costaría su reputación como médico, pero  ha salvado la vida de millones de personas por enfermedades fácilmente prevenibles. Semmelweis hoy en día es conocido como ¨el salvador de madres¨ ya que fue quien logró asociar la morbilidad y mortalidad de ciertas pacientes que daban a luz con quienes las atendían.

Ignác observó  en el hospital donde trabajaba , el Hospital General de Viena , donde sólo habían dos salas de partos, que aquella donde atendían doctores y estudiantes de medicina tras realizar prácticas y visitas a la morgue,  estaba estrechamente relacionada con la alta tasa de pacientes enfermas y fallecidas.  Por otro lado, la otra sala, controlada por parteras con mejores  condiciones higiénicas no tuvo tanta incidencia, por lo que el ahora considerado padre de los procedimientos antisépticos logró atar cabos y llegar a una conclusión.  Supuso, que de alguna manera,  ¨partículas cadavéricas¨ se adherían a las manos y eran transportadas desde la morgue hacia la sala de partos y estas eran las causantes del contagio, por lo que era necesario una higiene de manos adecuada. Sin embargo, el reconocimiento de este hecho llegaría después de su muerte, en la segunda mitad del siglo XIX, por la identificación de las “partículas cadavéricas” como microorganismos patógenos por parte de Louis Pasteur y Robert Koch.

El  15 de octubre, Día Mundial del lavado de Manos, es una celebración que se realiza desde el 2008, el cual fue  elegido por la Asamblea General de las Naciones Unidas para ser el Año Internacional del Saneamiento. La finalidad de este día es la de fomentar la cultura del lavado de manos con jabón y hacer públicos sus beneficios. Estos últimos han sido comprobados desde hace muchos años por una cantidad sumamente extensa de  estudios y pruebas clínicas.

Entre los beneficios del lavado de mano se encuentran:

  1. -Reducir casi a la mitad la incidencia de la diarrea
  2. -Disminuir la tasa de infecciones respiratorias
  3. -Minimizar  la incidencia de enfermedades cutáneas, de infecciones a los ojos como tracoma y de infecciones intestinales parasitarias como ascariasis y trichuriasis (Global Handwashing Partnership, 2008). Estas complicaciones  son causadas por la flora microbiana transitoria de la piel (completamente distinta a la flora residente no patógena) que contamina  las manos por el contacto con los objetos cotidianos, secreciones y material fecal. Entre estos microorganismos patógenos se pueden mencionar a Escherichia coli, Salmonella spp., Shigella spp., Clostridium perfringens, Giardia lamblia, huevos de Taenia, Norovirus, virus de la hepatitis A, entre otros.

Para maximizar la efectividad del lavado de manos se deben tomar en cuenta algunas recomendaciones, empezando con una duración de al menos 15 segundos.  El usar una cantidad adecuada de jabón y abundante agua, secarse con toallas de papel desechables usando esta para cerrar la llave y evitar la exposición repetida de agua caliente por el riesgo de desarrollar dermatitis, son igualmente factores importantes para un correcto proceder.

Los pasos para una técnica correcta de lavado de manos según la Organización Mundial de la Salud son:

  • Mojarse las manos
  • Aplicar suficiente jabón para cubrir toda la mano
  • Frotar las palmas entre si
  • Frotar la palma de la mano derecha contra el dorso de la mano izquierda entrelazando los dedos , y viceversa
  • Frotar las palmas de las manos entre sí , con los dedos entrelazados
  • Frotar el dorso de los dedos de una mano contra la palma de la mano opuesta , manteniendo unidos los dedos
  • Rodeando el pulgar izquierdo con la palma de la mano derecha, frotarlo con un movimiento de rotación, y viceversa.
  • Frotar la punta de los dedos de la mano derecha contra la palma de la mano izquierda, haciendo un movimiento de rotación, y viceversa.
  • Enjuagar las manos.
  • Secarlas con una toalla de un solo uso.
  • Utilizar la toalla para cerrar el grifo.

Padecer o no una enfermedad está a un simple lavado de manos de distancia. Este es el método más fácil, rápido y económico para evitar enfermedades causadas sobre todo por bacterias y parásitos. Es necesario hacer de este, más que un hábito, una necesidad constante.

En la vida cotidiana existen momentos clave que requieren de una limpieza de manos que no debemos olvidar: después de tocar a tu mascota, tras ir al baño o antes de comer.  Por su parte, para los profesionales de la salud, la higiene de manos es una obligación que deben cumplir para con sus pacientes y que no puede ser omitido por ninguna circunstancia.

Promover y utilizar “Los 5 momentos para la higiene de manos”

  1. Antes del contacto con el paciente.
    • ¿Cuándo? Lávese las manos al acercarse al paciente (al estrechar la mano, ayudar al paciente a moverse, realizar un examen clínico).
    • ¿Por qué? Para proteger al paciente de los gérmenes dañinos que tenemos depositados en nuestras manos (libres o con guantes)
  2. Antes de realizar tarea aséptica.
    • ¿Cuándo? Inmediatamente antes de realizar la tarea (curas, inserción de catéteres, preparación de alimentos o medicación, aspiración de secreciones, cuidado oral/dental).
    • ¿Por qué? Para proteger al paciente de los gérmenes dañinos que podrían entrar en su cuerpo, incluido los gérmenes del propio paciente.
  3. Después del riesgo de exposición a líquidos corporales
    • ¿Cuándo? Inmediatamente después de exposición a fluidos orgánicos aunque se lleven guantes (extracción y manipulación de sangre, orina, heces, manipulación de desechos, aspiración de secreciones, cuidado oral/dental).
    • ¿Por qué? Para protegerse y proteger el entorno de atención sanitaria de los gérmenes dañinos del paciente.
  4. Después del contacto con el paciente
    • ¿Cuándo? Después de tocar a un paciente y la zona que lo rodea (al estrechar la mano, ayudar al paciente a moverse, realizar un examen clínico).
    • ¿Por qué? Para protegerse y proteger el entorno de atención sanitaria de los gérmenes dañinos del paciente.
  5. Después del contacto con el entorno del paciente.
    • ¿Cuándo? Después de tocar cualquier objeto o mueble del entorno inmediato del paciente, incluso si no se ha tocado al paciente (cambiar la ropa de cama, ajustar la velocidad de perfusión).
    • ¿Por qué? Para protegerse y proteger el entorno de atención sanitaria de los gérmenes dañinos del paciente
Conozca los 11 pasos de la técnica del lavado de manos que salva vidas

La responsabilidad y la conciencia que cada uno de nosotros tenga sobre la importancia del lavado de manos es vital, ya que de esa forma sabremos cuánto tiempo lavarnos, cómo aplicar el antiséptico y desde dónde debemos lavarnos. Debemos saber que no es un lavado rápido y que es una rutina forzosa e ineludible, ya que cualquier infección que se produzca es nuestra responsabilidad, y eso es muy delicado.

La duración total del procedimiento es de 3 a 5 minutos. El MINSAL considera los 5 minutos desde que se remueven las joyas y el reloj y se suben las mangas, pero en realidad, se supone que uno debe entrar al recinto quirúrgico sin joyas ni nada de eso.

El primer lavado de manos debe ser riguroso y emplear 3 a 5 minutos, pero si la persona participa en más cirugías, puede ir reduciendo el tiempo; así, en la quinta cirugía es suficiente con emplear 1 minuto, gracias al efecto residual del gluconato de clorhexidina.

Con respecto a las manos partidas o agrietadas, el MINSAL nos recuerda que favorecen la flora microbiana transitoria, por lo su cuidado es importante. El uso de lociones y cremas también esta indicado al final de la jornada, ya que esto contribuye a devolver la acidez y la humedad a las manos, que es nuestra principal herramienta de trabajo.

Cuando las manos están agrietadas, el mismo individuo debería autolimitarse y segregarse del equipo quirúrgico, porque el lavado no va a cumplir su objetivo.

En resumen, la norma del MINSAL sobre el lavado de manos quirúrgico establece que debe durar 5 minutos, de los cuales, 2 minutos son de lavado, 1 minuto es de escobillado de uñas y otros 2 minutos son para el segundo lavado, todo con enjuagues entre lavados.

Los lavados posteriores son de sólo 2 minutos y no incluyen el escobillado de uñas

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