Vía de la audición

Conducción del sonido desde la membrana timpánica hasta la coclea  

La membrana   timpánica  tiene  forma cónica. En su centro  se inserta el mango del martillo, que es el primero  de una serie de huesecillos que componen  una cadena.  El yunque  se inserta en el martillo  a través de ligamentos,  por lo que ambos huesecillos se mueven conjuntamente cuando la membrana timpánica desplaza el martillo. En el otro extremo, el yunque se articula  con el estribo que,  a su vez,  descansa  en la ventana oval del laberinto  membranoso.  El martillo  también  se inserta en el músculo  tensor del tímpano,  que  mantiene  tensa  esta estructura.

El ajuste  de la impedancia  entre las ondas sonoras del aire y las del líquido coclear está mediado  por la cadena de huesecillos.  La amplitud  de movimientos   del estribo  en la ventana   oval  solo  representa  tres  cuartas  partes  del movimiento  del mango  del martillo.  La cadena  de huesecillos  no amplifica las ondas sonoras, incrementando   el movimiento  del estribo, como  habitualmente   se cree; al contrario,  el sistema incrementa   la fuerza  del movimiento  alrededor  de 1,3  veces. Como  el aire de la membrana  timpánica  es tan  grande,  con relación  a la superficie  de la ventana  oval (55  mm2   frente  a 3,2 mm»),  el sistema  de palanca  multiplica  por 22 la presión que  la  onda  sonora  ejerce  sobre  la  membrana  timpánica. El líquido del laberinto membranoso  posee mucha más inercia que  el  aire. La amplificación  de la presión  por  la cadena  de huesecillos es necesaria para generar  una vibración  dentro  del líquido. La membrana  timpánica y los huesecillos  ajustan  la impedancia  entre las ondas sonoras  del aire y las vibraciones sonoras  del líquido  del laberinto   membranoso.   Cuando  no funciona  la  cadena  de  huesecillos,   apenas  se  perciben   los sonidos normales.

Atenuación del sonido mediante la contracción de los músculos estapedio y tensor del tímpano

Cuando la cadena de huesecillos transmite  sonidos extraordinariamente altos,   el  músculo   estapedio  determina   una  amortiguación refleja  del  martillo   y  actúa   como   antagonista  del  tensor del tímpano.  De esta manera,  se incrementa la rigidez  de la cadena de huesecillos y se reduce notablemente  la conducción del   sonido,    sobre   todo    de   las    frecuencias    más   bajas. Curiosamente,   este mismo  mecanismo  sirve para  reducir  la sensibilidad  a la propia habla.

Transmisión   del sonido  a través del hueso (p.  634)

Como la cóclea está completamente  encerrada por huesos, la vibración  del cráneo  puede estimular  la propia  cóclea. Si se hace vibrar un diapasón y se aplica sobre el cráneo, en la frente o en la apófisis mastoidea, se escucha un zumbido. En general, sin embargo,  aun los sonidos relativamente  altos que viajan por el aire no disponen de energía suficiente para su audición eficaz a través de la conducción  ósea.

Anatomía  funcional   de la cóclea

La cóclea se compone  de tres tubos en espiral, adosados entre sí. La rampa vestibular y la rampa media, o conducto  coclear, están  separadas  por la membrana  vestibular  (membrana  de Reissner),  mientras  que la rampa media y la rampa timpánica lo  están  por  la  membrana   basilar.  El órgano de  Corti se encuentra   en la superficie  de la membrana   basilar,   dentro del conducto  coclear.  El techo  del órgano  de Corti  lo forma la membrana  tectorial. En el extremo  de la cóclea, opuesto  a las ventanas  redonda  y oval, la rampa vestibular  se continúa con la timpánica  por  el helicotrema.  La rigidez global de la membrana  basilar es 100 veces menor  en el helicotrema  que cerca de la ventana  oval, lo que significa que la porción  más rígida,  próxima a la ventana  oval, es sensible a las vibraciones de alta frecuencia,  mientras  que el extremo  más distensible, próximo al helicotrema, responde  a las de baja frecuencia.

Transmisión de Las ondas sonoras en la cóclea: la «onda viajera

Cuando una onda sonora incide en la membrana  timpánica, se ponen  en movimiento  los huesecillos y la base del estribo es impulsada, en la ventana oval, hacia el laberinto membranoso, generando una onda que recorre la membrana  basilar hacia el helicotrema .

Los patrones de vibración  son inducidos por frecuencias sonoras  diferentes.

El patrón   de vibración  iniciado  en  la membrana  basilar varía para  cada  frecuencia  sonora.  Cada onda es relativamente  débil al principio, pero va adquiriendo más fuerza en la parte  de la membrana  basilar con una frecuencia  resonante  equivalente  a la de la onda  original.  Esta onda muere  prácticamente  en este punto y no afecta al resto de la membrana  basilar. Además, la velocidad  de la onda que se propaga  es mayor cerca de la ventana  oval y va disminu- yendo gradualmente  a medida que se aproxima al helicotrema.

Los patrones  de vibración  son inducidos  por amplitudes sonoras diferentes. La amplitud  máxima de vibración para una frecuencia de sonido se propaga de forma organizada la superficie  de la membrana basilar. Así, la vibración máxima para  un  sonido  con  8.000 ciclos por  segundo   (hercios  o Hz) tiene lugar cerca de la ventana  oval, mientras que para otro  de 200 Hz se localiza  cerca  del helicotrema. El método  principal de   discriminación     del  sonido   corresponde     al  «lugar»   de máxima  vibración en la membrana basilar  para  ese sonido.

Función  del órgano de Corti

Las células  receptoras   del órgano  de Corti  son  de dos tipos: lulas  ciliadas internas y externas.  Existe  una  única  fila de células ciliadas internas  en un número  aproximado   de 3.500,   y de tres a cuatro  filas de células  ciliadas  externas  con  un total aproximado   de 12.000.   Casi el 95%  de las fibras sensitivas  del octavo  par craneal,  que inervan  la cóclea, establecen  contacto sináptico     con las células ciliadas internas.  Los cuerpos  celula- res  de las fibras sensitivas  se localizan  en el ganglio espiral,  en el modíolo   (centro),   que  sirve  de  soporte   de  la membrana basilar  en uno  de sus extremos.  Las prolongaciones   centrales de   estas   células   ganglionares    penetran   en   el  tronco    del encéfalo,   por  la parte  rostral  del bulbo,  y establecen   sinapsis con los núcleos  cocleares.

La vibración de la  membrana basilar excita   las  células ciliadas. La superficie  apical de las células ciliadas da origen  a muchos  estereocilios  y a un único  cinetocilio  que se proyecta hacia  arriba  a la membrana  tectoria   suprayacente.    Cuando vibra  la membrana   basilar,  los cilios de la célula incluidos  en la membrana tectoria   se doblan  en un  sentido  y luego  en el otro;   este   movimiento   abre   mecánicamente   los   canales iónicos  y permite  que  se despolarice  la célula ciliada.

Los potenciales   de receptor de las células ciliadas  activan las fibras nerviosas auditivas. Los cerca de 100 cilios que sobresalen   de  la superficie  apical  de  las  células  ciliadas  van aumentando  paulatinamente   de longitud   desde  la  zona  de inserción    en  la membrana   basilar  hasta  el modíolo.  El más largo  de  estos  cilios  de  denomina  cinetocilio.    Cuando   los estereocilios  se doblan hacia el cinetocilio,  se abren los canales de  potasio   de  la  membrana  ciliada,   entra   el  potasio   y  se despolariza   la  célula.  El  fenómeno    inverso   ocurre   cuando los cilios se alejan  del cinetocilio;  en otras  palabras,   la célula ciliada  se  híperpolariza.   El líquido   que  baña  los  cilios  y la superficie   apical  de  las células  ciliadas  es la endolinfa.  Este líquido  acuoso  difiere de la perilinf a de las rampas  vestibular y timpánica  que, al igual que el líquido  extracelular,  contiene mucho  sodio y poco  potasio.   La endolinfa es segregada  por la estría vascular  ( epitelio especializado  de la pared  del conducto coclear)  y posee  mucho   potasio   y poco sodio.  El  potencial eléctrico  a través  de la endolinfa,  denominado potencial  endo- coclear,  es de unos  +80 mV. Sin embargo,  el del interior  de la célula  ciliada   es de unos  -70  m V.  Así pues,  la diferencia  potencial  entre la membrana  de los cilios y la cara apical de las células ciliadas se aproxima  a 150 mV, lo que aumenta  consi- derablernente  su sensibilidad.

Vías nerviosas auditivas

Las fibras sensitivas primarias  del ganglio espiral entran  en el tronco  del encéfalo y terminan  en los núcleos cocleares dorsal y ventral. A partir  de aquí  se envían  señales  hasta  el núcleo olivar superior contralateral   ( e ipsolateral),  cuyas células dan origen a fibras que penetran  en el lemnisco  lateral y terminan en el calículo  inferior. Las células del colículo  inferior  se proyectan  hacia el núcleo geniculado medial  del tálamo  y, desde aquí, transmiten   las señales a la corteza  auditiva  primaria,  la circunvolución   temporal  transversa de  Heschel.   Conviene saber  que:  1)  desde  la  salida  de  los  núcleos   cocleares,  las señales  son  transmitidas   bilateralmente    por  vías  centrales, con  un  predominio   contralateral;   2)   las  colaterales   de  las vías  centrales   establecen   sinapsis  en  la  formación   reticular del tronco   del encéfalo, y 3) las representaciones   espaciales de la frecuencia  sonora  ( organización  tonotópica)  se encuen- tran  en muchos  niveles de las diversas agrupaciones  celulares de las vías auditivas  centrales.

Función de la corteza cerebral  en la audición  (p.  640)

La corteza  auditiva  primaria  se corresponde   con las áreas de Brodmann  41 y 42. En torno  a estas áreas se sitúa el área 22, de la que forma  parte  la corteza  auditiva  secundaria.

En la corteza  auditiva  primaria  se han  descrito  al menos seis representaciones    tonotópicas   (mapas)  de  la frecuencia sonora.  De momento,  se desconoce  por  qué existen  diversos mapas,  pero  se cree  que  cada región  selecciona  algún  rasgo particular  del sonido o de la percepción  sonora y procede  a su análisis.

La destrucción bilateral  de la corteza  auditiva primaria  no elimina la capacidad  para reconocer  el sonido, pero dificulta la localización  del sonido  ambiental.  Las lesiones  de la corteza auditiva  secundaria  entorpecen  la capacidad  para  interpretar el significado  de algunos  sonidos,  principalmente de las pala- bras habladas,  lo que se conoce  como afasia receptiva.

Determinación  de la dirección  de La  que procede el sonido

El núcleo  olivar  superior   se  divide  en  medial y lateral.  El subnúcleo  lateral  determina   la dirección  del sonido,  al reconocer la diferencia en la intensidad  sonora transmitida  por los dos oídos.  El subnúcleo  medial localiza el sonido detectando  la diferencia en el tiempo de llegada del sonido a los dos oídos.  La entrada  en las células de este último núcleo  está segregada, de modo     que las señales  del oído  derecho  alcanzan  un  sistema dendrítico  y las del izquierdo  entablan  sinapsis con  otro  sistema  dendrítico  diferente  de la misma neurona.

Señales  centrífugas  desde el sistema  nervioso  central hasta los centros auditivos   inferiores  

Cada  plano  de  procesamiento    de  la vía  auditiva  central  da origen  a fibras descendentes   o retrógradas   que se proyectan, de nuevo, en los núcleos  cocleares y en la propia  cóclea. Estas conexiones  centrífugas  son más acusadas  en el sistema  audi- tivo  que  en  cualquier   otra  vía  sensitiva.  Se especula  con  la posibilidad   de  que  estas  conexiones   permitan  prestar   una atención  selectiva a determinados   rasgos del sonido.

Alteraciones  de la audición   

Las   dificultades    auditivas   se   pueden    examinar    con   un audímetro,    que  emite   frecuencias   sonoras   específicas  por separado  a cada  oído.   Si un  paciente  sufre  una  sordera nerviosa,  se afectan  la transmisión   aérea y ósea del sonido,  y el daño  suele  afectar  a uno  o más  componentes   nerviosos  del sistema  auditivo. Si solo se afecta la transmisión  aérea, la causa habitual  es una  lesión de la cadena  de huesecillos,   a menudo por una  otitis media  crónica .

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